Depresión mayor: ¿qué es y cómo tratarla?
Por Psicólogo Barcelona.
Hay muchos problemas en la vida, como el estrés en la que nos somete la vida moderna, la mala suerte en el amor, los problemas de salud, etc. Pero la capacidad de superación de la mayoría de las personas hace que podamos tirar adelante y superar estos contratiempos hasta en los momentos más difíciles.
Por otro lado, e independientemente de lo aparentemente banal o grave de la situación de cada uno, hay personas que sufren de un gran sentimiento de infelicidad. En este artículo hablamos del trastorno depresivo mayor, el trastorno del estado de ánimo más común en la población adulta.
¿Qué es la depresión mayor?
La depresión mayor es un trastorno psiquiátrico que afecta tanto las esferas emocionales como las cognitivas. Quien lo padece permanece en un estado de profunda tristeza, desesperación y apatía durante todo el día, con constantes reflexiones y pensamientos negativos acerca de sí mismo, su propio futuro y el contexto social que lo rodea.
Se estima que este trastorno afecta al doble de mujeres que a hombres, y se caracteriza por un pesimismo muy exacerbado. Afecta de un modo tan negativo al estado de ánimo y a los pensamientos de la persona que su conducta y su funcionamiento normal se ven muy comprometidos.
El trastorno depresivo mayor es una enfermedad crónica que se caracteriza por la alternancia de períodos de bienestar y períodos depresivos. Estos tienden a disminuir espontáneamente para volver a aparecer en una fecha posterior.
Generalmente afecta a la persona durante toda la vida, comenzando los períodos depresivos con frecuencia entre los 25 y los 45 años. Los episodios son muy variables e impredecibles en número y la duración. Algunas personas experimentan sólo uno o unos pocos episodios depresivos a lo largo de su vida, mientras que otras experimentan muchos en poco tiempo.
A pesar de ello la población adolescente también puede verse afectada por sintomatología depresiva. En el siguiente enlace podemos profundizar en este tema.
Síntomas de la depresión mayor
Quien padece de trastorno depresivo mayor no está simplemente triste o deprimido. Esto es algo que todos experimentamos de manera transitoria en algún momento u otro. Se trata de una condición más severa y persistente en el tiempo. Hace que la persona afectada sea incapaz de resurgir de esta situación, más allá de su propia voluntad y de que las personas de su alrededor le intenten ayudar.
A continuación señalamos los principales síntomas que caracterizan a las personas que se encuentren sufriendo un episodio depresivo mayor y que permiten su diagnóstico.
Estos pueden presentarse de forma variable o combinados entre sí. Deben estar manifestarse durante más de dos semanas, con intensidad suficiente como para que provoque problemas psicológicos y sociales serios que perjudiquen los ritmos usuales de la vida:
- Sufrir un estado anímico muy deprimido la mayor parte del día, en donde ninguna razón parece despertar ninguna motivación.
- El interés en las actividades habituales disminuye de forma significativa, y la persona muestra gran incapacidad para encontrar placer en situaciones normalmente estimulantes y agradables.
- Afectación a la hora de conciliar el sueño o bien el sujeto se despierta repetidamente durante la noche. Dormir suficientes horas es un reto y más durante la noche, por lo cual la persona a menudo necesita dormir durante el día.
- Sin encontrar justificación en otras enfermedades o dietas específicas, el apetito se ve alterado, disminuyendo o aumentando de forma significativa el peso.
- Hay ralentización de movimientos y reflejos, si bien también puede haber momentos de agitación y ansiedad.
- La sensación de fatiga y falta de energía aparentemente injustificada es casi permanente.
- El afectado puede llorar sin razón específica una o más veces al día.
- La frustración y la irritabilidad se expresan de modo muy persistente.
- Hay pérdida de la autoestima y la confianza en las propias capacidades.
- Existe evidente dificultad para tomar decisiones que normalmente no implicaría problemas, y se observa disminución de la eficiencia intelectual y la capacidad de concentración en general.
- El sentimiento de culpa se apodera del paciente de forma persistente.
- El deseo sexual también se ve disminuído.
- Puede haber pensamientos sobre la muerte o de suicidio de forma más o menos recurrente, pudiendo llegar a perpetrar intentos de suicidio.
- Pueden aparecen dolores físicos en articulaciones, indigestión, dolor abdominal o dolor de cabeza producto de la somatización. Los remedios habituales no acostumbran a poder sanar estas dolencias con facilidad.
Donde una puerta se cierra, otra se abre.
Miguel de Cervantes Saavedra.
Causas de la depresión mayor
El trastorno depresivo mayor viene causado por múltiples factores que pueden influir en el origen y la evolución del trastorno. La casuística se entiende según factores genéticos, causas ambientales y causas propiamente psicológicas que caracterizan al individuo.
Diversos estudios realizados con gemelos confirman que la posibilidad de desarrollar un trastorno depresivo es mayor si se tiene un hermano con dicha afectación, pero la influencia ambiental parece que explica mejor la aparición de esta condición psicopatológica.
Asimismo, las condiciones socioeconómicas desfavorables como la pobreza o problemas en el entorno familiar conducen a mayor riesgo de padecer este trastorno cognitivo. Si bien todas las fuentes de estrés aumentan el riesgo como tal, crecer en ambientes con problemas o tener progenitores que ya sufren de depresión mayor tiene una repercusión significativa.
Igualmente, divorcios, desempleo, aislamiento social, sufrir enfermedades serias o sufrir mobbing son algunos de los ejemplos que pueden desencadenar el sufrir del trastorno depresivo mayor.
Por último, existen individuales a nivel psicológico que pueden favorecer la aparición de la depresión mayor. Por ejemplo, la autoeficacia. la capacidad de resiliencia de cada individuo o los rasgos de temperamento influyen claramente. Haber desarrollado buenas estrategias de afrontamiento no deja de ser un rasgo individual que interviene como factor de protección.
La tristeza es un muro entre dos jardines
Khalil Gibran.
Consecuencias indeseables por falta de tratamiento
La depresión no reconocida y, por lo tanto, no tratada expone a los quienes la padecen a varias posibles consecuencias negativas. Las personas afectadas tienden a aislarse, trabajar menos efectivamente y descuidar sus responsabilidades.
Si no se trata adecuadamente, cualquier ataque puede durar de unas semanas a varios meses o incluso años. La terapia siempre es necesaria y asegura un buen control de los síntomas depresivos en la gran mayoría de los casos.
Puede haber tendencia a recurrir a tomar alcohol o drogas como fórmula de escape para mitigar el sufrimiento. Los pacientes con episodios graves o muy frecuentes deben ser tratados con extrema precaución debido al alto riesgo de suicidio al que están expuestos.
Tratamiento
El tratamiento generalmente combina intervenciones farmacológicas y psicoterapéuticas, pudiendo haber otras estrategias de apoyo. En las sesiones periódicas con el psicoterapeuta el paciente analiza y expone sus sentimientos y sus dificultades psicológicas, prácticas y relacionales.
El primer objetivo del psicoterapeuta es que el pacientes aprenda más sobre el trastorno que sufre y lo acepte como cualquier otra enfermedad orgánica. Posteriormente, el psicólogo está en disposición de ofrecer claves para desactivar algunos círculos viciosos negativos, como el que se genera entre la tristeza y el aislamiento social.
El enfoque cognitivo-conductual es el más exitoso, y puede durar varios meses e incluso años. La terapia se basa en enseñar al paciente a descartar pensamientos y actitudes que le penalizan para contemplar comportamientos y pensamientos positivos que son útiles.
El terapeuta intenta trasladar al paciente que, en la medida de lo posible, es necesario evitar situaciones indeseables o estresantes solo por complacer a otras personas. Además, malos hábitos como fumar o beber no conducen a solución alguna, y es adecuado incorporar otros más sanos como la actividad física moderada. Se sabe que seguir unos ritmos de vida regulares ayuda a mejorar el estado psicofísico general, por lo que el psicoterapeuta intenta transmitirlo de la mejor manera.
Con frecuencia una alegría improvisada vale más que una tristeza cuya causa es verdadera.