El adolescente desafiante
Por Psicólogo Barcelona.
¿Porqué no entiendo a mi hijo adolescente?
No en pocas ocasiones he dialogado con amigos, compañeros de profesión sobre el sufrimiento del adolescente. ¿Porqué actúan a veces de manera indescifrable para nosotros los adolescentes?
Si somos sinceros con nosotros mismos y tiramos de hemeroteca (la de nuestras vidas), algunos coincidirán conmigo en que la adolescencia no fue tan idílica como los adultos queremos recordarla. Algunos etimólogos relacionan la palabra «adolescente» con «adolecer», compuesto de dolecer «enfermar». Así de acuerdo con la reflexión anterior relacionamos la adolescencia como una etapa de carencias, como un crecimiento con dificultades. Hay otras interpretaciones sobre la etimología del concepto, pero no es el momento de entrar en discusiones semánticas.
En este artículo llamado «10 síntomas que presentan los adolescentes con depresión» podéis profundizar en este tema.
Los adolescentes en la actualidad han gozado de espacios de pensamiento limitados. Una sociedad que no fomenta la discusión teórica, la inmediatez y lo líquido en las relaciones, lo esquemático de nuestro sistema educativo… Aún en este marco en el que nos encontramos seguimos necesitando establecer vínculos de arraigo y de confianza. De acuerdo con Horhschild y Talarn, especialistas en psicología;
“No es que la gente se haya puesto de acuerdo en querer establecer relaciones cada vez más superficiales, es más bien, la respuesta adaptativa a una sociedad excesivamente cambiante, móvil y desestabilizante”.
Horhschild (2008) y Talarn, (2007)
En población joven y adulta todo esto conlleva un altísimo coste emocional que desemboca en un repertorio extenso de conductas y expresiones disruptivas (depresión, adicción, crisis de ansiedad, rupturas afectivas, acting-out, etc…).
¿Qué puede estar pasando con mi hijo adolescente?
A través de mi experiencia como psicoterapeuta de grupo he podido encontrar algunos lugares comunes en lo que los adolescentes perciben como tremendamente doloroso. Os los presentaré lo más esquemáticamente posible.
- Malestar en la familia. El paciente (hijo/a) como síntoma de un funcionamiento familiar anómalo.
- Desidealización de los padres. Padres reales versus padres ideales.
- Abandono vs sobreprotección. Dos maneras de no atender las necesidades del adolescente.
- Proyectos de independencia. Los adolescentes piensan mucho más de lo que los adultos creen su situación futura. Esto les causa gran ansiedad. En muchos casos requieren de ayuda para organizar proyectos de vida realistas.
- Oscilación constante entre el mundo adulto e infantil. Dificultad para verse como hombres y mujeres. Elaboración del duelo por la pérdida de la infancia.
Para llegar a entender algo más que sucede con el adolescente necesitaré que profundicemos en una teoría sobre la elaboración del pensamiento. Nos apoyamos en un referente teórico de peso como es el médico y psicoanalista Wilfred Bion (1996).
¿Porqué nos es tan complicado pensar? Cómo pasar de los elementos β (beta) a elementos α (alpha).
Bion nos habla de la complejidad del pensar. Los procesos mediante los que procesamos las cosas que pensamos son complejos. “Procesar” las cosas supone otro factor. Nuestras percepciones “en bruto” tienen la categoría de elementos β. Estas activan procesos viscerales. ¿Cómo convertimos nuestras percepciones «en bruto» en pensamiento elaborado?
Cuando elaboramos las cosas, cuando procesamos las percepciones (y pensamientos, fantasías, etc.) esas primeras impresiones van adquiriendo una tonalidad y cualidad que las convierte accesibles a los procesos de pensar, a los procesos primarios del pensamiento. Eso es, se transforman en elementos α. Al proceso de convertir los elementos β en α, lo llama Función.
En definitiva, la única solución que nos queda es dotar a los adolescentes de un espacio de reflexión donde puedan pensar y elaborar todo este material tóxico (los elementos beta) y transformarlos en material elaborado correctamente (alpha). Y aquí, en este punto, los adultos somos los responsables de poder acercarles hacia un espacio seguro de dialogo.
Referentes bibliográficos.
Bion, W. (1996). Volviendo a Pensar. Editorial Lumen-Hormé 5° edición.
Talarn, A. (comp.) (2007). Globalización y salud mental. Barcelona: Herder.
Hochschild, A.R. (2008). La mercantilización de la vida íntima. Apuntes de la
casa y el trabajo. Buenos Aires: Katz. Illouz, E. (2008). Saving the modern.